A SANTA ISABEL DE HUNGRÍA ¡Oh gloriosa santa Isabel!, modelo de virtud, hija de reyes y destinada a reinar, que desde niña quisiste seguir los caminos del verdadero bien, de la justicia y el amor, de la penitencia, del ayuno, la oración y el completo servicio al prójimo, protégenos en nuestra difícil peregrinación. Casada a muy pronta edad, tú fuiste ejemplo de fidelidad y cariño; a tu esposo e hijos amaste, sin por ello abandonar tu pasión y amor por Cristo ni tú abnegada dedicación a todo…